Si elegís una joya de María Rosúa por favor lee esto con atención

Quiero compartir con vos algunas cosas muy importantes para que la experiencia de comprar y recibir una de nuestras joyas artesanales sea plena y sin sorpresas.

Cada una de nuestras piezas está hecha a mano, con mucho cariño, dedicación y tiempo. No producimos en masa ni tenemos stock grande, porque creemos que cada joya debe ser única y especial, tanto en su diseño como en el proceso que la hace nacer. Esto implica que la producción no es inmediata, sino que cada etapa —desde el calado y armado, hasta el pulido y la pintura— requiere paciencia, cuidado y precisión.

Además, nuestras joyas se envían desde Formentera, una isla en el Mediterráneo. Esto significa que los tiempos de envío no son tan rápidos como en ciudades grandes o zonas continentales. El transporte marítimo y aéreo desde una isla suma días, y dependiendo de la época del año o situaciones externas, pueden variar los plazos. En temporada alta, por ejemplo, es común que los envíos tarden un poco más.

Entiendo que en este mundo tan acelerado a veces la espera puede ser frustrante, pero quiero que sepas que esta espera es parte de lo que hace especial cada joya. Cada pieza lleva horas de trabajo manual, en un proceso donde no hay lugar para la prisa si queremos conservar la calidad y la delicadeza que la caracterizan.

Para quienes necesitan una joya con urgencia, tenemos una sección especial llamada “Listas para enviar”. Se trata de un pequeño stock limitado de piezas ya terminadas, que pueden salir en 24 o 48 horas. La variedad en esta sección es más reducida, porque priorizamos la producción artesanal personalizada, pero es una buena opción si necesitás un regalo o un detalle rápido.

Si querés conocer qué piezas tenemos disponibles para envío inmediato, podés escribirnos. También te ofrecemos la posibilidad de mostrarte a través de un video las joyas que tenemos en nuestra tienda física en Formentera, así podés elegir con tranquilidad aunque estés lejos.

Ahora, quiero contarte un poco sobre el cuidado que requieren las joyas, especialmente aquellas que tienen pintura hecha a mano. La pintura que aplico sobre el metal es un proceso delicado y artesanal, donde uso técnicas como acuarelas y esmaltes especiales que dan vida y color a cada diseño. Para que esos colores se mantengan vivos y vibrantes, es necesario un fraguado correcto, que también lleva tiempo y no se puede acelerar sin perder calidad.

Por eso, cuando recibas tu joya, te pido que la cuides como a un pequeño tesoro. Si tu pieza es solo de plata o plata bañada en oro, puede mojarse sin problema; no pasa nada si la usás en contacto con agua. Pero si tu joya tiene pintura, te recomiendo evitar el contacto continuo con el agua, detergentes, perfumes, cremas o productos químicos agresivos. Imaginá tu joya como un cuadro que llevás puesto: no la duches con ella ni la expongas a agentes que puedan dañar la capa de color.

Si bien no pasa nada si se moja de vez en cuando, el contacto frecuente y prolongado con líquidos o sustancias corrosivas puede hacer que la pintura se desgaste o pierda intensidad con el tiempo. Por eso, te recomiendo que cada vez que vayas a lavar los platos, darte un baño en el mar, o hacer alguna actividad donde pueda mojarse mucho o tener roce, la retires y la guardes con cuidado.

Este cuidado sencillo ayudará a que tu joya mantenga su belleza, su color y su alma durante muchos años. Las joyas artesanales están hechas para acompañarte en el tiempo, pero también para que las cuides con cariño.

Si tenés una joya nuestra y notás que la pintura se te ha despintado o desgastado, por favor escribinos. Podemos ayudarte a darle vida y color para que siga acompañándote como el primer día.

Quiero agradecerte que elijas una joya hecha a mano, con todos sus tiempos y particularidades. Comprar una pieza artesanal es apostar por la calidad sobre la cantidad, por lo auténtico sobre lo rápido. Es una decisión consciente y hermosa que permite que la artesanía siga viva y que sigamos construyendo vínculos con cada pieza y con cada persona que la elige.

Si tenés dudas en cualquier momento, podés escribirme. Estoy acá para acompañarte y para que la experiencia de llevar una joya María Rosúa sea un placer desde el primer contacto hasta que la uses todos los días.

Gracias por confiar en un trabajo hecho con manos, con tiempo y con sentido. Gracias por valorar lo local, lo sostenible y lo auténtico.

Tu joya te lo va a agradecer, y yo también.