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JOYAS A PEDIDO
Joyas hechas a mano a pedido desde Formentera.

Cada pedido es una pequeña historia que empieza en mi taller.
Elige tu joya: la haré especialmente para
ti.
El tiempo de producción es de 10 a 20 días.

DESCUBRIENDO MI UNIVERSO.

Mi nombre es María Rosúa y soy diseñadora de joyería contemporánea. Desde que termine el colegio me dedico a crear joyas que nacen de una fusión entre naturaleza, experiencias y técnicas que fui aprendiendo con distintos maestros, en distintos países, en mi búsqueda constante por el saber. Mis joyas están inspiradas en lo que me rodea, en la naturaleza que nos cirunda y nos enseña: flores, frutas, animales, plantas, cuerpos, ideas, intuiciones. Todo lo que me conmueve encuentra una forma en el metal. Trabajo principalmente con plata y latón, que se convierten en el lienzo donde pinto, cincelo y transformo cada elemento en una joya artesanal hecha a mano. Mis joyas combinan forma, color y textura de una manera única, gracias a técnicas que fui desarrollando con los años, donde la acuarela sobre metal tiene un rol fundamental,. Esta técnica le da a cada flor, cada hoja o cada fruta vida propia. Es un proceso lento y cuidadoso, donde cada detalle está pensado para que la joya no sea solo un accesorio, sino una experiencia. Sentarme delante del metal es como encontrarme con una hoja en blanco, donde el juego es primordial, donde no hay limites, considero el metal un material muy generoso, porque no solo puede ser moldeado, sino que acepta combinarse con otros materiales, como los pigmentos, maderas, cerámicas, textiles. Cada joya cuenta una historia, una experiencia vivida. Por ejemplo, los higos forman parte de una colección muy especial que desarrollé durante mi embarazo. En la puerta de mi casa había una higuera, y mientras transitaba la gestación, ese árbol nos regalaba brevas e higos. Fue un acompañamiento silencioso y generoso durante ese tiempo tan profundo, y de esa vivencia nació la colección de higos, como un recuerdo que me va a acompañar siempre. Cada pieza no es solo un diseño, sino un fragmento de mi vida, convertido en metal y color. El pigmento magenta que utilizo para darle color a esta colección también es especial me lo regalo una amiga que lo trajo de algún lugar perdido de la india, después de 5 años de pintar higos, aun conservo un poco de este pigmento, el día que se termine seguirán naciendo higos pero que seguro cuenten otra historia. Disfruté mi infancia en el litoral argentino, en el campo, donde la naturaleza es generosa. Me crié entre robles, ceibos, chicharras y escarabajos. Esa cercanía con la tierra, con los ciclos naturales, con los sonidos del verano y el olor de los árboles, marcó profundamente mi manera de ver el mundo. Esos recuerdos siguen vivos en mi forma de crear. Hoy en día vivo en el Mediterráneo, en la isla de Formentera, un lugar de tierra árida, de rocas que parecen lunas, de mar celeste y transparente. Aunque muy distinto a aquel río marrón de mi infancia, este paisaje también me inspira. La vida bajo el mar, los peces, las texturas de la arena, las formas de las algas, las uvas y granadas que crecen aquí, todo me conmueve y se transforma en joya. En cada viaje por el mundo recolecto imágenes de plantas y flores, las guardo en bitácoras donde dibujo y escribo, y luego esas imágenes se vuelven parte de mi universo creativo. Me siento cómoda diseñando pendientes, si recorres mi trabajo verás que el objeto que mas se repite, creo pendientes gigantes a la hora de desarrollar una colección, de esta manera empiezo a desarrollar el lenguaje y las ideas en cada una de mis joyas, luego las adapto, las hago mas pequeñas, las transformo en anillo, collares o brazaletes. Entre mis creaciones vas a encontrar joyas con flores como amapolas, margaritas, hortensias, lilas y lavandas. También realizo joyería con forma defrutas: higos, granadas, uvas, limones, mandarinas. Hay animales que se repiten en mis colecciones: pájaros, gatos, insectos, libélulas, chicharras, perros, cada uno con una historia detrás. Algunas joyas son grandes, divertidas y coloridas, pensadas para quienes quieren destacar; otras son más delicadas, pequeñas, sutiles. Todas comparten algo en común: están hechas para durar, para transformarse con quien las usa, para convertirse en una especie de talismán cotidiano. Creo firmemente en una forma de producción coherente con lo que pienso y siento. Por eso trabajamos con una lógica de slow fashion, sin stock masivo ni producción en serie. Cada pieza se realiza por encargo, respetando los tiempos reales del trabajo artesanal. Escuchamos a cada persona que llega con una idea o deseo, y adaptamos las piezas a sus gustos: colores, tamaños, acabados, combinaciones. Muchas veces incluso creamos juntas. Porque no hacemos solo joyas, construimos vínculos. Trabajamos entre amigas en mi taller, que se encuentra dentro de mi casa, el taller se transformo en un espacio de encuentro, de risas, de pensarnos entre mi comunidad, mientras reflexionamos y pensamos el mundo, como hacerlo un poquito mejor cada día, nuestras manos trabajan para ir creando cada una de nuestras joyas que viajan por el mundo, y esperemos que contagie un poco estas ganas de construir un mundo mas justo, mas amoroso. El proceso de creación de una joya comienza con la elección del metal. El latón y la plata son mis materiales principales. Primero dibujo la forma deseada sobre la plancha de metal, luego calo cada figura a mano con una sierra fina. Una vez calado, se lima cada borde y superficie para eliminar imperfecciones, suavizar contornos y preparar la pieza para su posterior ensamblado. Esta etapa requiere atención y paciencia: es donde la joya empieza a tomar forma. Una vez que todas las partes están listas, se pasa al proceso de soldado. Mediante calor y soldadura, uno las distintas piezas entre sí. Luego, se sumergen en una solución de sales decapantes para limpiar los residuos del fuego. A partir de allí, comienza el pulido: a mano, con paños y pastas, voy puliendo el metal hasta lograr el acabado deseado. Puede ser brillante, mate o satinado, según lo que cada pieza requiera o el cliente elija. En algunos casos, la joya recibe un baño de oro. El baño de oro conserva el brillo a lo largo del tiempo, mientras que el latón crudo tiende a opacarse. Hay clientas que prefieren ese envejecimiento natural del metal, mientras otras priorizan mantener la luminosidad original. Cada elección es válida y dice algo sobre quién va a llevar esa pieza. Después del acabado metálico, comienza una nueva etapa: la pintura. Es en este momento cuando el metal cobra vida. Pinto cada joya a mano, utilizando técnicas diferentes según lo que quiera expresar. A veces uso esmaltes, otras veces patinas o acuarelas. Cada técnica tiene sus tiempos de secado, sus particularidades. Por eso, la producción de una joya puede demorar varios días. Es fundamental que cada capa se adhiera bien, que los colores fragüen con paciencia. Esa espera también es parte del proceso. Todo este trabajo manual es lo que permite que cada pieza sea única y que cuente con alma propia. Quiero que quienes compran mis joyas sepan todo lo que hay detrás: las horas de trabajo, los materiales nobles, la búsqueda estética y emocional. Cada pieza tiene su historia y cada historia tiene su tiempo. Acompañamos ese recorrido desde el primer contacto hasta que la joya llega a su nuevo hogar. Mi taller es el corazón de este proyecto. Es ahí donde todo nace: desde el primer boceto hasta el último toque de pintura. Cada pendiente, cada collar, cada anillo o broche es creado con amor, atención y dedicación. Y aunque produzco localmente, nuestras piezas viajan por todo el mundo. Enviamos a diferentes países y cuidamos que cada joya llegue segura, en perfecto estado, con un empaque pensado también como parte de la experiencia. La relación con quienes eligen nuestras joyas es cercana y horizontal. Nos interesa saber para qué ocasión elegís una pieza: si es un regalo, si es para una boda, una fiesta, un evento especial, un festival o simplemente porque querés algo para vos. Queremos que tu elección sea consciente, emotiva, personal. Por eso también acompañamos con un blog, donde compartimos reflexiones, consejos sobre el cuidado de las joyas, información sobre nuestras técnicas, diferencias entre materiales, ideas para regalar y más. Nuestra forma de hacer joyería está atravesada por una mirada colectiva. No creemos en el diseño como algo individualista, sino como algo que se comparte, se dialoga y se construye en relación con otras. Apostamos a la artesanía como una forma de resistencia frente a lo descartable, a lo inmediato, a la estandarización. Cada pieza es única, y eso la hace valiosa. No por su rareza, sino por su capacidad de conectar con quien la elige. En nuestras joyas vas a encontrar flores, sí. Pero también memoria, cuidado, alegría, juego. Vas a encontrar historias y símbolos que quizá te remitan a tu infancia, a un lugar querido, a un momento que querés guardar. Vas a encontrar joyas con identidad, con raíz, con alma. Aunque muchas personas nos descubren buscando joyas de flores o joyas con frutas, se quedan por algo más profundo: por la experiencia que ofrece una pieza que no responde a modas, sino a pulsos. Por una joya que no solo adorna, sino que acompaña. Hemos participado en ferias, exposiciones, colaboraciones con otras artistas y marcas que comparten una visión ética del diseño. Cada encuentro fortalece nuestra convicción de que otra forma de crear y consumir es posible. Nos gusta pensar que nuestras joyas no solo son bellas, sino también éticas, sostenibles y con sentido. Por eso tambien creamos joyas en distintos materiales, para que sean accesibles a todos los bolsillos, no vemos las joyas como lujo. Muchas clientas nos cuentan que nuestras piezas se transforman en parte de su historia. Que les recuerdan a su abuela, a un jardín querido, a una celebración importante. Esas historias nos alimentan y nos inspiran a seguir creando. Nos importa lo simbólico tanto como lo estético. Y por eso nuestras joyas no siguen tendencias, siguen pulsos, intuiciones, ciclos naturales. Te invito a recorrer este espacio, a dejarte sorprender, a escribirnos si tenés dudas, pedidos especiales o si simplemente querés compartirnos una idea. Estoy acá para ayudarte a elegir esa pieza que se convierta en tu próximo amuleto, en ese regalo que emociona, en tu joya para un día importante o para todos los días. Antes de elegir una de nuestras piezas, queremos contarte algo importante. Nuestros envíos salen desde Formentera, esa isla pequeña en medio del Mediterráneo, una isla dentro de otra isla. Vivir y crear acá tiene algo de magia, de aislamiento fértil, pero también implica que los tiempos se mueven con otro ritmo. Por eso, es posible que tu joya no llegue enseguida. A veces tarda más, sobre todo en ciertas épocas del año donde los barcos y correos tienen sus propios tiempos. Te pedimos paciencia: del mismo modo en que cada pieza se hace a fuego lento, su viaje también necesita su tiempo. Creemos que vale la espera. También queremos hablarte del cuidado. Nuestras joyas están hechas para durar, para acompañarte durante muchos años, pero como todo lo que se hace con delicadeza, requieren atención. Si tu joya está hecha solo de plata o tiene un baño de oro, no hay problema si se moja: podés usarla en tu día a día con tranquilidad. Pero si elegiste una de nuestras piezas pintadas a mano, te pedimos un poco más de cariño. Aunque no pasa nada si ocasionalmente se moja, el contacto continuo con el agua puede ir apagando poco a poco los colores. Pensalo como un cuadro: no nos duchamos con un cuadro colgado del cuello, ¿verdad? Evitá también el contacto con productos agresivos como detergentes, perfumes, cremas o limpiadores. Cada vez que te laves las manos, friegues los platos o te sumerjas en el mar, recordá que llevás una joya viva, sensible, única. Cuidarla es también una forma de extender su historia. Porque cada pieza está pensada no solo para adornar, sino para acompañarte, para llenarse de tus días, tus recuerdos, tu movimiento. Y queremos que lo haga brillando, con todos sus colores intactos. Gracias por confiar en la joyería hecha con manos, con tiempo y con sentido.
Gracias por apoyar la producción local, la creatividad artesanal y el diseño consciente.
Gracias por hacer florecer este jardín con nosotras.

©MariaRosua, All rights reserved.

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